jueves, 27 de diciembre de 2012

Capítulo 38: Quiero el divorcio a pesar de lo que paso.

Pasada una larga semana. 
Santos se fue a dar una vuelta al pueblo, han sido los peores días de su vida, ahora sabe que lo único que hizo fue cometer una gran estupidez perdiendo a la mujer de su vida. Santos se cruza con el médico del pueblo que va muy apurado al ver a Santos respira del alivio. 
-Médico: Santos que bueno que te encuentro- dice aliviado. 
-Santos: ¿Puedo ayudarle en algo?- dice con un semblante muy serio. 
-Médico: si, aquí traigo los análisis de Bárbara, ¿Podrías entregarselos?- dice sacando el sobre. 
-Santos: claro, doctor, yo se los daré- dice cogiendo el sobre. 
Se va directamente hacia Altamira para ir a llevarle el sobre a Bárbara, no se atreve a abrirlos porque sabe que provocaría otra fuerte discusión. Coge el caballo y se va. Valentina se ha tenido que hospedar en el hotel del pueblo, Rosaura no la iba a dejar desamparada, esta muy rencorosa con Santos, ese rechazo no lo soporta. No aguantaría que se reconciliarán. Lo que más le duele es que a pesar de lo exuberante que es y que los hombres no suelen decir que no, este justamente esta perdidamente enamorado de su mujer. Maldice su mala suerte, vive obsesionada con Santos desde el primer día en que lo vio y ya no sabe de que recursos valerse. 
Pasadas unas horas, Bárbara acuesta a las dos niñas y decide ir a darse un paseo, para ella también ha sido una semana nefasta, le duele pensar en esa traición no ha querido ver a Santos porque no se sentía con las suficientes fuerzas como para mirarlo a la cara. Coge el caballo y sale a darse un paseo, estos siteos le hacen recordar a Salvador, aquellos momentos que vivió con él. Cuando regresa se cruza con una profunda mirada de Santos.
-Santos: buenos días, mi amor- dice mirandola y sintiendose cada vez peor. 
-Bárbara: espero que vengas a lo del divorcio. 
Santos saca los papeles y se los entrega a Bárbara, esta los destroza. 
-Bárbara: yo estoy perfectamente, ahora vete. 
-Santos: Bárbara perdóname te lo ruego- dice a punto de llorar. 
-Bárbara: haberlo pensado antes, tu abogado se pondrá en contacto con el mio no lo hagas difícil y firma- dice con la mirada hacia abajo para no desvanecerse. 
-Santos: ¿Porque no me miras a la cara? Bárbara yo no me acoste con ella te lo juro, no lo iba a hacer, en ese momento me beso ella justamente. 
-Bárbara: vete sino quieres que te saque yo misma de aquí a balazos- dice cogiendo la pistola.  
-Santos: por lo menos dejame ver a las niñas, son mis hijas. 
-Bárbara: los horarios de visita los acordará un juez. 
-Santos: Bárbara yo te amo, no, nos podemos separar- dice derramando una triste lagrima. 
Bárbara saca la pistola amenazante. 
-Santos: no me matarías, porque me amas. 
-Bárbara: vate- dice muy seria. 
Santos no tiene otro remedio que marchaste cuando entra a la casa Bárbara se derrumba, Marisela la abraza y trata de consolarla. 
 -Bárbara: le dije que lo del divorcio se va a llevar a cabo- dice duramente. 
-Marisela: ¿Estas segura de que lo quieres hacer? 
-Bárbara: no, pero me tengo que arrancar este amor del corazón- dice desolada. 
-Marisela: ¿Y si de verdad ella lo beso y el se intento separar?- dice tratando de ayudar a su madre. 
-Bárbara: pues me quedaré con la duda. 
A la mañana siguiente le llega la demanda de divorcia a Santos lo mira desolado, recuerda el nacimiento de las pequeñas de 4 meses, lo felices que eran, tiene que recuperarla. Coge el caballo y vuelve a salir hacia la casa de Bárbara se la encuentra por el camino, esta desesperado. Ambos se bajan del caballo, Santos la coge fuertemente del brazo. 
-Santos: Bárbara no podemos dejar que estoy muera, en tus ojos hay amor, tu me amas. 
-Bárbara: dejame te lo ruego, dejame en paz- dice mirando hacia el suelo. 
Él levanta su cabeza y la mira profundamente, le planta un beso desesperado, ahogado, Bárbara trata de quitarse a Santos pero al final ella cae ante el amor que siente y acabo besandolo. 
Bárbara le desabrocha la camisa a él salvajemente, él la vuelve débil nada más que un beso basta para que ella caiga, ambos empiezan a desnudarse poco a poco, ambos se entregan con mucha pasión. Una vez que ya han terminada, Santos sonríe siente que la ha recuperado. 
-Bárbara: en un mes estaremos divorciado- dice muy altanera. 
-Santos: ¿Cómo?- dice sorprendido. 
-Bárbara: como estas oyendo, que a mi me apetezca acostarme contigo no quiere significar nada- dice marchandose, pero Santos la coge de la mano. 
-Santos: ¿Entonces, porque tu mirada me dice lo contrario? Bárbara dentro de ti sabes que yo no siento nada por Valentina, que no la amo, lo sabes- dice chillando desesperado. 
-Bárbara: tu no te vas a burlar de mi- dice chillando más fuerte que Santos. 
-Santos: yo no me burle de ti y lo sabes, Bárbara no seas terca hazlo por lo menos por nuestras niñas- dice chillando. 
-Bárbara: el que tenía que haber pensado antes eras tú, antes de revolcarte con esa cualquiera- dice cogiendo el caballo.- esto no se va a repetir. 
-Santos: Bárbara no seas terca, tu sabes que te amo, lo sabes- dice chillando. 
-Bárbara: a mi ya me da igual tus sentimientos, no te opongas al divorcio y no te preocupes que no quiero nada de ti, te puedes quedar con todo- dice muy altanera. 
-Santos: pues yo lo quiero todo de ti y no pienso alejarme ni de ti, ni de las pequeñas- dice chillando. 
Bárbara coge el caballo y se va.  

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