lunes, 10 de diciembre de 2012

Capítulo 28: Recuperada.

Cecilia coge a las niñas y las mete adentro de la casa.Caen lagrimas del rostro de Bárbara que sale corriendo hasta el consultorio, donde empieza a chillar. La que ayuda al doctor sale. 
-Doctora: por favor señora no grite, el doctor esta con un paciente muy grave. 
-Bárbara: ¿Santos? 
-Doctora: desconozco su nombre. 
Bárbara pasa al cuarto sin el permiso de nadie y a ver a Santos se queda paralizada pero en su corazón hay un poco de esperanza, no esta muerto. 
-Doctor: Usted no puede estar aquí. 
-Bárbara: es mi marido, ¿Qué le pasa? 
-Doctor: le dispararon, tengo que sacarle la bala, pero ha perdido bastante sangre. 
-Bárbara: yo se la puedo dar, no hace falta ni que me realices las pruebas, yo donante universal, saquele esa bala a mi marido- dice muy nerviosa. 
Pasados unos largos días...  
Marisela sale hoy de la cárcel después de una serie de interrogatorios, decieron que era una muerte en defensa propia ya que esta no tenía ningún antecedente penal, Bárbara abraza fuertemente a su hija. 
-Marisela: mamá, me siento muy culpable- dice llorando. 
-Bárbara: mi amor, lo hiciste en tu propia defensa- abrazandola fuertemente. 
-Marisela: ¿Cómo estas? ¿Y cómo esta Santos?- dice de la mano de su madre. 
-Bárbara: mal, Marisela, no despierta el doctor dice que se lo van a tener que llevar a un hospital de la capital- dice desconsolada. 
-Marisela: que injusta es la vida contigo, mamá yo se que va a despertar- dice tratando de darle un poco de ánimos. 
-Bárbara: Manuel esta esperandote en la casa de Cecilia con el pequeño, ve con  ellos que yo voy a ver a Santos- dice alejandose. 
Marisela llega y lo primero que se encuentra es a Manuel se deja llevar por un instito y lo abraza, lo mira calidamente y sin pensarlo lo besa, ya no siente ese rechazo, él la besa pasionalemente sumergiendose en ese amor. 
-Manuel: mi amor me besastes, no chillaste- le dice abrazandola. 
-Marisela: te amo, te amo- dice besandolo. 
Bárbara entra al cuarto y se acerca hasta donde esta Santos, él abre los ojos, ella no se da cuenta ya que esta sumergida en miles de pensamientos, cuando nota el roce de las manos de Santos lo mira y sonrie. 
-Santos: Bárbara mi amor- dice dolorido. 
-Bárbara: Santos estas bien mi amor. 
-Santos: bésame necesito sentirme más vivo que nunca. 
Bárbara se acerca hacia y lo beso con mucha pasión y amor, una profunda felicidad los consume, estan vivos y se tienen el uno al otro. 
-Santos: ¿Qué me paso?¿Y que paso con Mariana?- dice espectante. 
-Bárbara: te dieron un balazo y casi te mueres y también casi me muero yo, Marisela entro a defenderme y al ver que apuntaba a las niñas se abalanzo a Mariana empezaron a empujarse y la mato, pero ya esta todo bien- dice llorando. 
-Santos: menos mal, ¿Porque lloras?- dice acariciando su rostro. 
-Bárbara: porque nunca me había sentido tan feliz- dice sonriendo. 
-Santos: me quiero ir de aquí ya, quiero estar contigo y con mis hijas, quiero ser feliz contigo, mi amor- le dice volviendola a besar. 
Pasada una semana aproximadamente, Santos duerme a Cecilia que estaba muy inquieta, Bárbara sonrie. 
-Santos: has visto con la practica se consigue- dice dejando a la pequeña durmiendo. 
-Bárbara: no si yo no lo dudaba que más tarde que temprano lo consiguieras...- dice riendo. 
Santos coga a Bárbara y la besa, cuando una mirada inocente de 16 meses los hace parar. Santos coge a la pequeña. 
-Santos: princesa, ¿Cómo llegastes hasta aquí? 
Barbarita mira a su mamá. 
-Bárbara: es que no acostaste a esta niña- dice mirandolo y riendose. 
-Santos: se supone que estaba con Marisela- dice sorprendido. 
-Bárbara: no si esta niña salió aventurera- dice dejandola dormidita y acostandola. 
Santos se rie de su inexperiencia, Bárbara lo mira. 
-Bárbara: vaya padre estas echo- dice riendose. 
-Santos: se ve que Marisela se quedo dormida y la niña... 
-Bárbara: bueno no pasa nada- dice dandole un beso pequeño. 
-Santos: ¿Solo un besito?- dice cogiendola y besandola con mucha pasión. 
Santos y Bárbara se aman como nunca sienten esa pasión muy viva de los dos, se extrañaban el uno al otro. 

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